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Microcosmos

Sí, decían que se acercaban los animales que podían comer el éter que dejaba el olor de su cuerpo después de hacer el amor. Él veía muertos y ella podía ver la sombra de los insectos aún en la oscuridad. Ambos sabían que nada les haría mal.En la casa había una plaga, insectos por todos lados, microseres invadiendo el espacio desde la planta de los pies; y aún así, termitas, hormigas, cienpies y cucarachas procuraban con sus pequeñas patas limpiar cada centímetro de su lugar sagrado para cuidar de su alimento, los restos de esos dos enamorados que no podían nada más que pensar en la explosión de sus cuerpos para volar.

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La magia

Pensaba que la magia se había perdido, que solo había que esperar para que con los años se esfumara, añoraba la energía de juventud cuando los taxistas eran maestros zen, las mariposas se posaban en su pecho y encontraba el infinito a cada paso que daba, si bien su infancia no había sido fácil, hacia todo para crear una realidad distinta, aunque los fantasmas la asecharan y ella deseara que esos fantasmas jamás, jamás, jamás hubieran sido reales. Pero lo eran, era una sobreviviente, de la maldad y la bondad, con Júpiter en Sagitario, tenía la oportunidad de ser maga y creer en crear un mundo feliz para ella y para los demás, pero no se puede crear un mundo feliz quitando el dolor de la ecuación (ya saben, la ecuación en la existencia de ser H U M A N O.) Aprendió con el tiempo que si desea ser feliz hay que abrazar la otra parte del espectro, la decepción y la aceptación de todo (incluidos los defectos). Así fue que abrazando su pena más profunda, aceptó finalmente que era

Lunares

Recuerdas que lo entregué todo, no es por ser víctima de las circunstancias, pero lo entregué todo, no solo a ti sino a cada uno de los chicos que aparecieron en mi camino con las señas particulares de algún lunar que pudiera detectar a primera vista. Entonces apareció el chico del lunar en los labios, el cuello, las manos, los párpados, cada uno buscando una extensión. Enamorada como si fuera la primera vez otorgaba el poder por tener la seña. Algo así como la profecía que me salvara de una mala vida. Que me salvara de todo. Desde niña me habían dicho que siguiera la luna y ella me seguía a mí, lo sé. Todos tenían la marca en el nombre o en la piel, sin dudar a cada uno se lo entregué todo y digo “todo” porque me entregué a mí misma. Olvidando cada una de las promesas hechas en días soleados, la luna siempre llegaba en el cuerpo de tantos hombres que de repente me perdí, lo mismo hice para encontrarme, hice que muchos otros me recobraran en partes: un ojo, un oído, las piernas, las ma